De la lista de miedos que cargamos a diario en nuestras vidas y que como todos los miedos, nos quita poder, nos agota y muchas veces nos deja congelados; el miedo a equivocarnos es muy común. Enfrentamos miedos cuando tomamos decisiones importantes como cambiar de carrera, lanzarnos a emprender, empezar un blog, terminar una relación, empezar una relación, tener un hijo, cambiar de empleo, elegir el sabor de helado, elegir la ruta sin trancón… está bien no solo es común, lo enfrentamos a cada instante, de cada día, de toda la vida!

 

No, esperen!, respiremos profundo, todo está bajo control. El miedo también es una reacción natural que nos protege de situaciones de peligro, por ejemplo cuando está en riesgo nuestra vida. Desde esa perspectiva al miedo hay que agradecerle. Pero hablemos de los casos donde nos limita para crecer, en esos casos se trata justamente de quitarle poder al miedo, si fijamos la atención en él solo va a crecer como la espuma. Tampoco voy a decir que sé como hacerlo desaparecer, pero hablemos de las cosas que podemos hacer para minimizarlo, para ignorarlo aunque sea por un ratico mágico que nos permita actuar y alcanzar lo que soñamos.

 

Las redes sociales están plagadas de ejemplos de personas que lograron alcanzar sus sueños venciendo el miedo a fallar, pero el mensaje más profundo no siempre está en la persona en sí, sino en su historia, en lo que hizo para lograrlo… y la verdad es que en muchos casos es simple, actuar a pesar del miedo. Actuó a pesar que le parecía imposible, actuó a pesar que se dijo a sí mism@ cien veces que no estaba preparad@, después de preguntarse doscientas veces ¿Quién soy yo para …?, después de decirle mil veces a su corazón que no, que no era tiempo, que esperara.

 

Si, ya sé; actuar suena simple… pero no es fácil! ¿Como logra uno pasar del estado “no puedo, no soy capaz” al estado “esto es lo que tengo que hacer y tiene más reversa un avión”?. Hay gente que puede cambiar de un estado al otro en cuestión de segundos, con un pensamiento, una frase, la imagen de alguien que lo motiva diciéndole “hágale que no pasa nada!”, pero hay otros que necesitamos más tiempo, mas información, menos riesgo, más apoyo y ojalá un colchoncito que asegure la posible caída, porque caer es posible.

 

Lo primero es ser conscientes de lo que nos estamos diciendo a nosotros mismos, la vocecita interior que disfrazada de “lo hago para protegerte”, nos repite infinitamente que no somos capaces, que vamos a hacer el oso, ¿qué va a decir la gente?, se van a dar cuenta que no soy tan inteligente, nadie me va a leer, no soy tan buen@ o hay gente mucho mejor que yo. Seamos honestos, todo el mundo tiene esa voz interior, que muchas veces le ha salvado la vida, pero que muchas otras le arruina toda la diversión. Esa voz interior viene de todas las creencias que tenemos guardadas desde niños, de lo que hemos aprendido durante la vida, no se desaparece de una día para otro, pero se puede aprender a controlar.

 

Cuando nos creemos la historia que nosotros mismos nos estamos contando, y nos convencemos que realmente el peor escenario es lo que va a pasar, nos invade la ansiedad y lo que sigue es la parálisis por miedo, no hacemos nada, nos olvidamos de la idea, decidimos no hacer nada, o salir corriendo y evitar el riesgo. Por eso el siguiente paso es hacerse estas 4 preguntas para dejar de tomar decisiones sobre lo que nos imaginamos y empezar a tomar decisiones basados en los hechos, la realidad, nuestra realidad.

 

  1. ¿Qué pasa si no hago nada?

Lo más probable es que todo siga igual, pero esa constante te alegra? Te da tranquilidad? O por el contrario esa certeza de que todo va a seguir igual te hace sentir que la vida se te acaba haciendo algo que no te motiva, o vas a seguir subiendo de peso sintiéndote cada vez peor contigo mism@, o vas a seguir en una relación en la que sabes que no debes seguir, o vas a sentir que dejaste pasar la oportunidad de tu vida, o vas a seguir teniendo sueños recurrentes sobre lo que pudo haber sido y no fue.

Imagina como quieres tu vida en 5 años… si no hacer nada en este momento te acerca a la vida que sueñas, entonces no hagas nada.

 

  1. ¿Qué pasa si actúas y sale bien?

Como te sentirías después de finalmente empezar ese blog, o hacer ese viaje, empezar ese curso de fotografía, renunciar a ese trabajo, irte a un retiro donde no conoces a nadie. Quién serás tu después de esa experiencia?

Imagina las caras de las personas que quieres felicitándote, imagina lo que seguirá después, imagina cuantas cosas más serás capaz de hacer y disfruta por unos segundo la idea, mariposas en la panza? Sientes como un fuego en el corazón?… crees en las señales? esas son señales, síguelas.

 

  1. ¿Qué pasa si me equivoco?

Escribe o dibuja un escenario realista de lo que pasaría en realidad. Pon a prueba tu mente y de verdad evalúa que tan probable es la película en la que te estabas montando. En esta evaluación generalmente empezamos a redefinir, ¿qué es realmente equivocarse?, qué es realmente fracasar?. El aprendizaje es la redefinición más cercana, deberían ser sinónimos, pero como sociedad estamos tan acostumbrados a señalarnos unos a otros, que nos negamos el gusto de aprender por no quedar mal frente a la gente que nos va a señalar y luego esa misma gente se va a dar la vuelta, va a fruncir los hombros y va a olvidar lo que señaló.

 

  1. ¿Cómo me recuperaría si fallo?

No, en serio, cómo? Escríbelo!. Qué va a pasar si te vas de viaje y se te acaba el dinero y tienes que regresarte? Qué va a pasar si después de terminar esa relación te empiezas a sentir sol@ y l@ extrañas y l@ llamas borrach@? Qué harías después de darte cuenta que el negocio que emprendiste después de todo no fue rentable? Habrías preferido no haberte arriesgado? Quizás. No será agradable, seguramente va a ser difícil, duro, tal vez doloroso. Solo sé que casi todo es recuperable pero no el tiempo perdido.

 

El miedo a fallar no es el único que nos aleja de lo que queremos; también tenemos el miedo a ser juzgado, el miedo a no ser reconocido, el miedo a no ser amado, el miedo a perder el poder, y el miedo al propio éxito, lo que hay son opciones para escoger, pero cada uno de nosotros llegó a este planeta con su kit de miedos y su respectiva caja de herramientas para vencerlos, de eso se trata la vida.

Blog inspirado en el TEDx talk de Johnathan Fields: Turning Fear Into Fuel: Jonathan Fields at TEDxCMU 2010

https://www.youtube.com/watch?v=pkFRwhJEOos